11/18/2005

La Tirana


Según cuenta la leyenda, el origen de la festividad se remonta a mediados del siglo XVI cuando el misionero mercedario, Fray Antonio Rondón, encontró una cruz cristiana en los claros del bosque del Tamarugal y ordenó construir una iglesia dedicada a la Virgen del Carmen de La Tirana en honor a la historia de amor que había protagonizado una bella pareja.
Se trataba de una princesa indígena, quien gobernaba sus dominios como una verdadera déspota tirana que mataba a todos los cristianos que llegaban al pueblo. Sin embargo, cuando la soberana conoció y se enamoró del portugués Vasco de Almeyda, a quien había condenado a muerte por su fe en el catolicismo, no pudo sino liberarlo de tal destino llegando incluso a convertirse, a través del bautismo, a la religión por él profesada.
Los enamorados vivían juntos en plena Pampa del Tamarugal, pero la conversión de la "Tirana" no agradó para nada a sus súbditos indígenas, quienes los asesinaron a ambos. La cruz simbolizaba la muerte de los enamorados bajo la religión cristiana.
Desde la creación del templo, el pueblo comenzó a impregnarse de religiosidad y las más diversas expresiones artísticas que tienen por finalidad homenajear a la "Chinita", apodo con el que se le conoce a la Virgen del Carmen en la zona.

11/15/2005

El volcán Osorno


Cuentan que en el volcán Osorno dormía el demonio dentro del cráter. Llegado un cierto tiempo éste despertó provocando un gran desastre.
En el pueblo nativo de Osorno, había una princesa, la cual estaba enamorada de un chico, y constantemente se escapaban para poder verse. Este chico era un guerrero de corazón noble.
Las ancianas, al ver que el volcán humeaba demasiado, empezaron a preocuparse de que el demonio se hubiese despertado, y que quisiese volver a destruir todo de nuevo.
Rápidamente se hizo una junta de tribus, llegando a que la única manera de que el demonio volviera a dormirse era que a una princesa, noble y pura, se le extrajera su corazón. La persona que hiciera esto tenía que ser un guerrero noble.
La chica resignada a morir por salvar a los que quería, pidió como último deseo que la acostasen en una cama de copihues, para que con su aroma quedar dormida y no sentir como muere.
A la joven se le fue concedida la petición. Al quedar dormida, el joven tomó el cuchillo y con la mayor delicadeza, extrajo el corazón y lo ensartó en un palo de roble. Corriendo fue hasta el volcán, y escalándolo, llego hasta una punta, lo enterró, y llorando bajó.
Desde el cielo descendió un cóndor, que tomó el palo con el corazón y se lo comió lentamente, mientras empezaba a nevar, y esta nieve cubría el volcán formando una especie de gorro, mientras los nativos veían todo lo que ocurría. Al llegar donde yacía el cuerpo muerto de la princesa, también encontraron el del joven, que preso del dolor se mató para seguir a su amada.